Por Iara Coéllar Sánchez
Soy Educadora desde hace 28 años, empecé a trabajar cuando el PEP 1992, prácticamente estaba iniciando, y la prescripción era justo trabajar por proyectos.Seguro que muchas educadoras en aquel tiempo hicimos, como siempre, nuestro mejor esfuerzo.
Mi experiencia me ha permitido trabajar en varios niveles educativos, incluso en la formación de maestros y maestras. Gracias a ello, me he podido percatar que el trabajo por proyectos como dice el marco curricular permite la integración de saberes y desdibuja la fragmentación que propicia el trabajo por asignaturas, ya que el contexto, el conocimiento y los saberes se sitúan en los problemas y proyectos acordados por docentes y estudiantes para abordar los contenidos propuestos del programa de estudios.
Al trabajar por proyectos los chicos aprenden, resignifican, rearticulan y expresan lo que van construyendo, desde luego permite la integración de los campos formativos, pues durante su desarrollo se lee, se indaga, se sistematiza, se grafican datos, se toman decisiones, se cabildea, se llega a consensos, se opina, se formulan, aceptan o rechazan argumentos, hipótesis, se hacen pruebas, se ensaya, hay equívocos, se comprueba y comunicamos.
En un proyecto desde luego que se ven reflejados y se desarrollan los ejes articuladores, todos opinamos, todos somos igual de valiosos, nos lleva a leer y escribir, a valorar nuestro entorno y las mismas producciones de los seres humanos, conocemos las diversas culturas y las valoramos tomamos decisiones, podemos cuidar el ambiente o mejorar nuestros estilos de vida y el de nuestra comunidad, sólo por mencionar algunas ideas, pero desde luego se desarrolla el pensamiento crítico.
El marco curricular establece que una primera tarea del pensamiento critico es propiciar en las y los estudiantes de la educación básica un desarrollo gradual de capacidades para entender y analizar la complejidad de su mundo inmediato, de las personas y sus experiencias como acciones que actúan de manera conjunta e influyen entre sí.
Un proyecto promueve la activa participación de las niñas, niños y jóvenes en su planteamiento, en su diseño y en su seguimiento; en donde se construyen críticamente diferentes lecturas de su realidad en las que se busca el desarrollo y sentido de justicia, por ejemplo en contra explotación del medio ambiente, y en distintas formas de violencia, especialmente hacia las mujeres. Esto nos lleva a pensar en temas de justicia social y la solidaridad con el entorno.
En Educación Inicial y preescolar también podemos desarrollar proyectos y pueden involucrar una gran variedad de tópicos como: Investigar sobre los animales de variadas especies, sobre los sonidos musicales, sobre los volcanes, sobre la vida en el mar.
- Proyectar juegos corporales en el espacio con artefactos especialmente construidos: rampas, tubos, rodadores, resbaladillas, que puedan ir complejizándose durante los días.
- Investigar sobre las luces y las sombras mediante el teatro de sombras, componer pequeñas rimas, retahílas, poemas a través del juego con luces de linternas, leer libros en los que las luces y las sombras sean temáticas importantes.
La lista puede ser infinita. Dependerá́ de la imaginación de los agentes educativos, de los recursos tanto físicos como humanos con los que se puedan contar para llevar a cabo proyectos de mayor envergadura. En todos los casos, planear y ejecutar en equipo es un gran desafío y, a la vez, una ganancia mayor en los procesos de pensamiento y creación.
No podemos hablar de proyectos en el nivel inicial y preescolar sin la participación de las familias, esta es una parte importante ya que una de los principales anhelos es poder construir juntos con ellos algo que llamamos piel grupal, que nos es otra cosa sino construir sentido de pertenencia, y de esta manera ser corresponsables del desarrollo de nuestros bebés, niñas y niños al compartir prácticas de crianza respetuosas y amorosas, que busquen sentidos de valor por quien se es, quien es el otro, además de justicia y equidad.
En mi andar acompañando a muchos compañeros he sido testigo de que interesantes trabajos realizados por docentes de primaria y secundaria en el desarrollar proyectos, quienes buscaban superar el modelo institucional de aislamiento e integrarse activamente al entorno comunitario.
Un reto que he podido advertir en los diferentes niveles educativos es que los proyectos se pueden tornar en “falsos proyectos”, al olvidar un valioso elemento que es el respeto por las decisiones de los chicos, un proyecto debe surgir del interés y consenso de los grupos, un falso proyecto es dirigido por los docentes, este podría ser algo que debemos tener en cuenta, pues de lo contrario podríamos hacer justo lo contrario, es decir no favorecer el pensamiento crítico.
Finalmente, es preciso mencionar que la propuesta didáctica del Marco Curricular 2022 parte de la experiencia de las maestras y los maestros y se vincula de la escuela a la sociedad, a través de proyectos de servicio hacia esta y de cambio social, donde las niñas, niños, adolescentes y agentes educativos se asumen como ciudadanas y ciudadanos que valoran los saberes adquiridos en común unión y los ponen en práctica para dar respuesta a las problemáticas que se viven en el entorno.
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