Colaboración: Malinche Iracema Lara Reyes (ATP, Campeche)
Cuando me preguntan qué pasa si se pierde o rompe un libro de la Biblioteca Escolar y de Aula inmediatamente mi corazón se estruja en sentimientos encontrados, una parte de mí está contenta de saber que ha cumplido su función, fue explorado…leído…y otra se entristece de pensar que quizás no se tuvo cuidado suficiente en su uso.
Pero lo cierto es que si un libro “cae durante la batalla” ¡está bien! para eso ha nacido, para eso ha sido creado…para ser abierto y disfrutado. Si un pequeño puede abrirlo y soñar despierto con las imágenes o las historias en su interior, habrá valido la pena, tendrá sentido su existencia.
¿Qué cuál es el valor de un libro? es inconmensurable, ya que es difícil dimensionar qué puertas puede abrir en el intelecto y en el corazón y eso depende de cada ser humano. Sin embargo, en verdad leer te cambia…
Aclaro que no se trata de poner los libros en vitrinas, lejos de todo alcance lector, todo lo contrario. Pero sí se trata de amarlos y aprender a cuidarlos y valorarlos. Y sobre todo de transmitir esa fascinación, respeto y cuidado de los libros. Y es responsabilidad de quienes los compartimos con nuestros pequeños e incipientes lectores.
Un libro abierto en las manos de un niño que está en proceso de alfabetización no tiene precio…un libro abierto que te lleva a otros mundos tiene un valor incalculable.
En las escuelas públicas contamos con un acervo bibliográfico de gran valor: Los libros del Rincón, una colección de libros presente en las Bibliotecas de Aula y Bibliotecas Escolares de los planteles de educación básica. Ojalá se retomara esa excelente propuesta y se incrementen de forma oficial los acervos que con el uso y el tiempo sufren desgastes necesarios y naturales.
Ojalá también pudieran incrementarse con acervos de escritores regionales. La verdad es que actualmente solo se han conservado e ido incrementando, gracias a los esfuerzos de directoras, docentes, padres de familia y las donaciones que de buena fe hacen los excelentes escritores cercanos a las escuelas.
Porque si tanto se habla de la importancia de promover la lectura y escritura en los niveles de educación básica, deberían otra vez darle un impulso institucional y nacional a las Bibliotecas Escolares y de Aula, ya que el libro es un recurso fundamental para aprender, especialmente para los alumnos en cuyo entorno familiar carecen de oportunidades para explorar libros; y ahí es donde la escuela retoma una importancia fundamental para proporcionar este tipo de experiencias de interacción con los textos, en espacios y tiempos sistemáticos y prolongados.
Ya lo han dicho reiteradamente expertos como Myriam Nemirovsky:
“En el aula pueden faltar el fichero de nombres propios, las letras móviles o Ios abecedarios y, sin embargo, podemos realizar un trabajo didáctico coherente con esta propuesta si existe y se utiliza una buena biblioteca de aula. Por el contrario, la sola utilización de esos recursos no marca coherencia con esta línea de alfabetización” (1999).
Pero volvamos al tema inicial ¿Cuánto vale la colección de la Biblioteca escolar y de Aula? no se… depende del uso, del amor, del cuidado a los libros. Podría decir que hay un valor monetario en la presentación comercial de cada uno de ellos, pero honestamente no se si el precio es el justo para una obra literaria.
¿En cuánto podríamos valuar la imaginación, la creatividad del autor, el arte de los ilustradores, la edición, la distribución, el esfuerzo porque llegue a las escuelas?
En este sentido adjunto imágenes del valor comercial -aproximado- de algunos de los maravillosos libros con los que contamos en las Bibliotecas de Aula y Escolares; por aquello de quienes se preguntan cuánto cuesta una reposición (aclaro que depende también de la plataforma que los distribuye, pero traté de buscar las más usadas) y sin afán de promoción, solo a razón de ilustrar mi reflexión personal.
Obviamente es el valor cuantitativo por el que podemos adquirirlos ¡pero el valor real de un libro! ¿el valor real de un libro? “Ummmm” eso es cosa aparte y poco tiene que ver con el dinero.
Lo único que sé, es que tenemos la posibilidad de contar con un acervo maravilloso y podemos disfrutarlo y compartirlo con nuestros queridos alumnos.
¡Feliz día mundial del libro y de los derechos de autor!
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