SALUD EMOCIONAL: OTRO RETO PARA LA EDUCACIÓN

Por Arelí Santillán

Cuando los alumnos acuden a las aulas, podemos ver sus rostros: si vienen contentos o decaídos e identificar su estado de ánimo. Podemos observar si interactúan con otros alumnos, si se sienten enojados, frustrados o si existe un problema en casa que les impide concentrarse en clase. Como profesores, con el tiempo, aprendemos a identificar alumnos maltratados, con problemas de los padres, o que no viven con los padres sino con los abuelos, que deben ayudar en el sustento económico, que son abandonados mucho tiempo, que no desayunaron, entre otras situaciones, que afectan directamente su aprendizaje.

Así que la escuela, se convierte en un espacio en el que es posible contar con agentes (como los docentes u otro niños), que en la diaria convivencia permite aprender a auto regular las emociones, y por supuesto, en un refugio para niños con dificultades en casa. Ahora la escuela, se quedó en casa un tiempo considerable, y seguimos viviendo el reto de apoyar a los niños. ¿Es más importante que sigan aprendiendo, o que protejamos su salud mental y emocional? Sin duda, hemos enfrentado este reto siempre, y si la escuela significa un tiempo de paz y refugio para los alumnos, ahora que no se los podemos brindar, ¿qué hacer?

Emotional Intelligence, Feeling and Mental Health Concept Vector Illustrations Set.

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Nuestra tarea, se agudiza en tiempos de crisis, pero lo cierto es que en el aula siempre hay crisis de diferente naturaleza. El trabajo de dar soporte en las dificultades mentales a nuestros estudiantes, probablemente se debería canalizar con un psicólogo, pero no siempre se cuenta con este apoyo. Aquí damos algunas ideas de salud emocional que esperamos que les sean útiles para apoyar a sus alumnos, incluso tal vez para brindar apoyo a la distancia, convirtiendo algunas de estas actividades en “la tarea” o en la actividad de aprendizaje. No descartemos que, para brindar apoyo, también como docentes debemos procurar nuestra salud mental y emocional, así que estas ideas también pueden adoptarse por los maestros, que también viven en constante estrés.

  1. Hacer deporte o ejercicio: el ejercicio físico libera endorfinas y otros neurotransmisores que nos provocan sensaciones placenteras y mejoran nuestro estado de ánimo. Al concluir cada actividad realiza respiraciones profundas, las veces que sean necesarias hasta que sientas tranquilidad.
  2. Realizar actividades que se disfruten: ver una serie, pintar, dibujar, cantar, sembrar plantas, cocinar, escribir, tejer, armar rompecabezas, son, entre otras, muchas actividades que puedes elegir que pueden traer un “estado de bienestar”.
  3. Pautar objetivos realistas: cuando nuestro estado de ánimo no es estable, incluso más bien tiende a lo negativo, tratar de hacer tareas complejas o que exigen demasiada concentración, puede ser contraproducente. Medir las fuerzas, los tiempos, los espacios adecuados y las condiciones, puede ser de vital importancia para no agregar más frustración y estrés.
  4. Potenciar las relaciones afectivas: abraza a los que tienes cerca, expresa tus afectos, diles que los quieres, escríbeles correos, ten llamadas largas, puedes escribirles cartas, tener tiempos de convivencia y cercanía. También se vale pasar tiempo con tus mascotas, sin duda los animales tienen un efecto tranquilizador y traen alegría.
  5. Comer bien: está demostrado que consumir demasiada azúcar o alimentos procesados, trae un efecto nada saludable en los niveles de energía y, por tanto, un desequilibrio también de los neurotransmisores que nos otorgan “felicidad” o sensación de plenitud. Así que no exageres en el consumo de bebidas envasadas, galletas y botanas. Por supuesto aumenta el consumo de frutas, verduras y semillas o granos.

 

Author: Innovación y Asesoría Educativa AC

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