Provocar que el aprendizaje sea significativo en el aula, no debiera ser tan difícil, ¿no? Tenemos un programa de estudios, libros de texto y contenidos que apuntan a ello, ¿entonces qué otro ingrediente falta?
La intervención docente es la clave para organizar, gestionar e inducir a los alumnos para zambullirse en nuevos significados mentales, y hacer construcciones propias para saltar al logro de los aprendizajes. Con una visión del trabajo didáctico totalmente constructivista, los autores de este libro nos presentan estrategias variadas para la motivación, el trabajo cooperativo, la recuperación de los saberes previos, entre otros, como recursos del trabajo diario docente en contextos pertinentes y específicos.
A través de los capítulos de este libro se describen detalladamente estrategias para codificar, organizar información, para detectar los contenidos relevantes, elaborar nuevos significados, trabajar en la autonomía, abordar la comprensión lectora de todo tipo de textos, y utilizar la evaluación de los aprendizajes como otro recurso más para aprender. Asimismo explicita los conceptos más importantes del “constructivismo” en el aula, con ejemplos prácticos para lograr aplicar su desarrollo en la enseñanza.
“Desde la postura constructivista se rechaza la concepción del alumno como un mero receptor o reproductor de los saberes culturales; tampoco se acepta la idea de que el desarrollo es la simple acumulación de aprendizajes específicos”
Este libro ayuda a cualquier docente a ubicar su rol en el aula, mejorar sus capacidades de enseñanza, y otorgar al estudiante mejores oportunidades de aprender con estrategias definidas para cada propósito asentado en el plan de estudios.
Desde nuestro punto de vista, este texto debe estar en la colección personal de cada maestro, y no debe leerse solo una vez, sino que debe convertirse en una fuente de consulta continua para la reflexión y autocrítica, y sobre todo, para el ejercicio cotidiano de la planeación didáctica.
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