Por Arelí Santillán
Este libro es escrito por el autor más conocido sobre la inteligencia emocional, y el autor más reconocido en pensamiento sistémico. Ambos con gran influencia en el ámbito educativo y las aulas. En el planteamiento de estos autores en este escrito, se analizan tres conjuntos de destrezas, vistas desde tres enfoques:
- Centrándose en nosotros mismos
- Sintonización con otras personas
- Comprensión del mundo en su sentido más amplio
La propuesta de este texto es que los programas de SEL (Aprendizaje Social y Emocional, por sus siglas en inglés), deben ser reforzados con la comprensión amplia de los sistemas en los que las personas se encuentran inmersos. Los primeros dos enfoques explican a fondo los dos componentes del SEL, y el tercer punto se adentra en la comprensión de los sistemas que rodean a los alumnos y profesores.
CENTRARSE EN SÍ MISMOS permite a los estudiantes identificar su sentido de finalidad y aspiraciones más profundas. Es el enfoque más íntimo y personal. Cuando se comprenden las emociones propias, y se pueden nombrar de forma consciente, entonces existe la posibilidad de gestionarlas y regular la conducta, y por tanto lograr una mejor concentración en el aprendizaje. Asimismo, identificar las aspiraciones personales, genera una motivación intrínseca, y conectarse de forma armónica con aquello que nos importa en verdad.
LA SINTONIZACIÓN CON OTRAS PERSONAS es el fundamento para que los niños logren la empatía, relaciones afectivas y conectadas con los que les rodean, y tomen acciones conscientes para favorecer el bienestar de la comunidad a la que pertenecen. Esto se traducirá en habilidades sociales necesarias para tener relaciones satisfactorias en su adultez, así como ser productivos en el trabajo en equipo. Por ello es necesario cultivar el afecto y la preocupación por los demás en las aulas, empezando por que el maestro muestre estos sentimientos a sus estudiantes.
El último aspecto, COMPRENSIÓN DEL MUNDO EN SU SENTIDO MÁS AMPLIO, implica que los estudiantes y maestros se reconozcan como parte de sistemas (familia, escuela, grupo escolar, comunidad, etc.) donde sus acciones afectan a otros, de manera compleja y dinámica, y que para cambiar las relaciones de coerción o poco favorables para las personas, es necesario modificar las estructuras de dichos sistemas.
En el libro también se alerta de la era de la tecnología que estamos viviendo, que depende de los educadores aprovechar sus beneficios para el aprendizaje, a la vez que manejar sus riesgos en relación a la pérdida de las habilidades sociales que han fortalecido hasta ahora a las generaciones que nacieron sin redes: las relaciones cara a cara, las capacidades de autoconocimiento y la armonía con las otras personas.
Le recomendamos este libro innovador y práctico para el trabajo de las emociones, las habilidades sociales y el desarrollo integral de sus alumnos.
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