Un director escolar debe responder a muchas cualidades para lograr apropiadamente la conducción de un centro educativo, es objeto de presiones internas y externas, y es constantemente retado a mantener un liderazgo basado no solo en sus conocimientos, sino en su sabiduría para tomar decisiones y delegar responsabilidades.
En este texto, Antúnez en colaboración de Güell, nos ofrecen una visión del director en un espejo: un enfoque en la revisión de las características y competencias que debe trabajar en sí mismo para responder con pertinencia a las exigencias de su tarea profesional.
El libro se compone de dos partes; en la primera los autores explican todos los aspectos internos del que ha de ser director, es decir se trata de una mirada introspectiva de sus emociones, deseos, pensamientos y valores, y cómo estos impactan en el día a día de su trabajo en el centro escolar. Evidentemente, esta revisión tiene que ver con sus creencias sobre sus propias motivaciones para dirigir un centro educativo, y sus aspiraciones personales cuando trata con sus colegas para hacerlo.
En la segunda parte, los autores hacen referencia más a las habilidades y herramientas propias del trabajo directivo, llevándole a un viaje para el análisis de sus capacidades de diseñar proyectos, delegar adecuadamente, administrar su tiempo personal y buscar su propio crecimiento y desarrollo personal.
En su conjunto, el libro ayuda a los directores a revisar una por una las características que debe perseguir para realizar su labor de forma profesional, y las implicaciones que en todo ser humano, con emociones y personalidad propia, implica aventurarse a dirigir colectivos que tienen la tarea de formar a otras personas.
Comentarios recientes